Mira fijamente a tus miedos a los ojos, y pasa por en medio de ellos. Solo así se disolverán.
- Luis Montoya Birrueta
- 19 nov 2016
- 2 Min. de lectura
El miedo ha sido el responsable de grandes impedimentos en la consecución de objetivos y logro de sueños, pero también ha formado parte de los mayores éxitos.
El miedo es un sistema de protección que nos alerta de algo que pudiera atentar contra nuestra integridad. Es un aviso que llega para procurar nuestra supervivencia.
Pero la mayor parte de las personas están sumergidas en el miedo y no hacen lo que de verdad quisieran hacer, o incluso se han resignado y han llegado a olvidar sus deseos y sueños. ¿Por qué?
Cuando empezamos a aprender la forma de vivir que nos enseñan nuestros padres, escuelas, países, mismos que lo hacen de una forma consciente o inconsciente, con frecuencia nos enseñan todo lo que ellos consideran como peligroso, o que es muy difícil de conseguir. Esa visión de ellos, nosotros la integramos y es programada en nuestra mente. Entonces crecemos con grandes limitaciones, creyendo que la vida es un gran reto y que sólo unos cuantos consiguen el éxito, que dicho sea de paso, nos dicen que tuvieron suerte. Entonces el miedo se tergiversa y pierde su sentido original. El miedo queda alterado.
Por lo que cuando nos surge un deseo o sueño, nuestra mente nos dice que será muy difícil conseguirlo, nosotros le creemos, y el resultado será un miedo que se activará siempre que pretendamos llevar a cabo dicho deseo o sueño.
Si estas situaciones las multiplicamos, entonces tenemos a personas llenas de miedo y que en muy pocas ocasiones realizan sus deseos.
Lo más importante es decirte que todos esos miedos se pueden disolver. Tienes la capacidad y el poder para lograrlo.
No es necesario indagar y saber cómo, dónde y quién instauró (programó) tu miedo. Sabemos que está ahí puesto que te encadena. Pero lo vamos a deshacer. Lo disolverás.
Cuando te propongas llevar a cabo un deseo o sueño, ese miedo se activará y querrá impedir que avances. En algunos casos te dejará paralizado o paralizada. Pero no olvides que tienes el poder y fuerza para vencerlo. Cuando surja el miedo, míralo fijamente a los ojos, llénate de valor, cree en ti, y avanza. El miedo rugirá y te enseñará los colmillos. Pero aprieta los puños y no dejes de creer en tu poder. No te detengas. Sigue avanzando. Tu miedo rugirá aún más fuerte y querrá morderte. Sigue adelante y piensa que es sólo una ilusión que se genera en tu mente. Ese miedo estará ahí siempre que le permitas que se quede. Entonces aprieta los dientes, toma impulso y atraviésalo. Ya no está ahí. Acabas de vencerte a ti mismo…la victoria más dulce que puedas tener.
Gracias por estar ahí.
“Q-La Vida”
Luis Montoya Birrueta
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