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El pasado sólo está en el recuerdo. Si no hay recuerdo, no hay pasado.


Nos resulta muy fácil entender el tiempo como un flujo de transcurso lineal que es pasado – presente – futuro, ya que así nos lo han enseñado.

Cuando somos bebés, e incluso niños, no sabemos lo que es el tiempo y mayormente vivimos en el instante presente del aquí y ahora.

Después nos van indicando lo que consideran que es el tiempo, así como aprender a leer las indicaciones que dan las manecillas del reloj, o los números en las pantallas.

Nos enseñan que lo vivido antes, se ubica en un “sitio” llamado pasado, que el lugar en el que estamos ahora es un presente, y lo que vendrá más adelante, será un futuro.

Nuestra experiencia auténtica la vivimos constantemente en el aquí y el ahora, que es el presente, y es en este lugar en el que conviven el pasado y el futuro.

La razón, (esos procesos mentales) nos dan constantemente el resultado de su concepto de tiempo de acuerdo a lo que le hemos programado.

Hagamos una demostración: cierra tus ojos, y lleva tu imaginación, tus pensamientos, hacia alguna experiencia que te gustaría tener más adelante (futuro); haz una visión clara de ello y ve todo lo que sucede en ella.

Luego abre los ojos y toma consciencia del momento que tienes de tu aquí y ahora.

Vuelve a cerrar los ojos. Ahora lleva tus pensamientos a alguna experiencia que tuviste antes, (pasado). Recuérdala con total claridad. Cuando termines abre tus ojos y retoma contacto pleno con tu aquí y ahora.

¿Lo ves? Acabas de viajar al pasado y al futuro desde tu presente, que es en donde siempre estás viviendo tu experiencia auténtica, es decir, en tu aquí y ahora (presente) sucede el futuro y pasado, y sólo te falta enviar tus pensamientos a uno u otro lugar.

Nos resulta más fácil identificar lo que es pasado ya que nuestros procesos mentales, y recuerdos, están acompañados de emociones y/o sentimientos que los sustentan, dándonos la confirmación de que efectivamente se trata de algo ya vivido.

Todo ese registro de lo ya experimentado, queda en nuestra memoria, pero también en aspectos materiales, tales como fotos antiguas, ruinas arqueológicas, textos, etc., que son instantes congelados de nuestro flujo continuo del aquí y ahora, siendo primordial la interpretación que le demos a tales instantes congelados por medio de la razón, (de nuestros procesos mentales), ya que nos dirá si se trata de un pasado o lo que se considera futuro.

Ahora ya podemos ver que el pasado es un registro (de memoria o materia) de un instante que fue/es en nuestro constante aquí y ahora.

¿Qué sucedería si borráramos completamente cualquier registro, ya sea de nuestra memoria o material antiguo?, resulta que no habría pasado.

¿Qué sucedería si modificáramos la interpretación o el banco de memoria de lo que consideramos pasado?, resultaría que estaríamos cambiando el pasado.

Por lo que si no hay recuerdo, entonces no habría pasado.

Gracias por estar ahí.

Te amo.

“Q-La Vida”

Luis Montoya Birrueta

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