Todo viene de la misma fuente, es la misma fuente, y va a la misma fuente. Todo es todo.
- Luis Montoya Birrueta
- 27 feb 2017
- 3 Min. de lectura

Hemos perdido la consciencia que hay en la interconexión con todo el Universo, principalmente en nuestra interconexión con la naturaleza, con este Mundo y todos los seres que lo habitan, tanto animados como inanimados.
¿En qué momento sucedió esto? ¿Por qué sentimos que somos los seres superiores de esta Tierra? ¿Por qué sentimos que nos pertenece?
Una vez que desarrollamos nuestro raciocinio, nuestros procesos mentales se quedaron anclados en las percepciones y experiencias que nos dan los cinco sentidos del cuerpo. Registramos formas y estilos de vida que otros nos han programado para que la vivamos como nos dicen que tenemos que vivirla.
En estas formas de vida, digamos alteradas, hemos aceptado que la vida se vive de la manera que nos han indicado, pasando por alto e incluso llegando a destruir el sitio en el que vivimos, con tal de cumplir los objetivos y tributos que nos han demandado.
Generación tras generación, se siguen aceptando estas formas de vida sin cuestionamiento alguno, sin decidir por nosotros mismos cómo es que deseamos vivir realmente.
Surge entonces la sensación de estar separados, ya que hemos aprendido desde pequeños, y nos lo han enseñado así, que pertenecemos a un determinado país que está separado/dividido de los demás. Que hay una bandera y una patria a las cuales respetar. Que hay fronteras que nos separan de los demás. Que algunas de éstas son muy difíciles de pasar para poder estar en otro lugar llamado país.
Asimismo, encontramos otras divisiones al pertenecer a un estado o región distintos, pero que están en el mismo país en el que vivimos.
También hay divisiones fabricadas por otros entre razas distintas de la Tierra, denigrando a las que consideramos como “incivilizadas”.
Y así, de esta forma, encontramos un sin fin de divisiones y separaciones que nos llevan a estar alejados de nuestra propia esencia natural, la cual sabe que no hay separación alguna, que estamos interconectados con lo absoluto y eterno, que cada acción que hagamos, siempre tendrá una reacción, tarde o temprano, en cualquier lugar del Universo, aun traspasando el tiempo y el espacio.
El Big Bang ilustra la expansión del Universo en sí mismo, y que de ahí proviene todo lo que conocemos. Lo cual quiere decir, que todos somos una parte de esa energía que se expandió en sí misma.
Puedo mencionar experimentos científicos que determinaron la interconexión que hay en el ADN de un individuo estando lejos de él, es decir, separaron su ADN en cientos de kilómetros, el sujeto experimentaba emociones distintas y su ADN respondía a tales cambios.
Los demás Seres de esta Tierra, no han perdido la consciencia en la interconexión que hay en el todo, de tal forma que jamás destruyen ni hacen daño al lugar que habitan, tampoco matan por matar, comen por comer, al margen del comportamiento de preservación de su especie.
¿Cómo sentir esa interconexión? Haciendo a un lado la mente para dar paso al sentir del corazón, a ese sentir que viene de lo profundo.
Hay una película que da un ejemplo de esa interconexión, así como de nuestra esencia elemental. Se llama Powder (Pura Enería).
Te invito a que recuperes la consciencia de tu energía elemental, a que recuperes el saber que estás hecho de polvo estrellas, a que recuperes la sabiduría de que cada acción que tengas y hagas, siempre tendrá una reacción en algún lugar del Universo, de esta Tierra, tarde o temprano, y traspasando incluso el espacio-tiempo.
Y de esa misma fuente de la que venimos y somos, a esa misma fuente iremos.
Recupera tu poder y enfócalo para tu mejor bien.
Gracias por estar ahí.
“Q-La Vida”
Luis Montoya Birrueta