Lo más importante de las caídas, ¡es levantarse y seguir adelante!
- Luis Montoya Birrueta
- 6 mar 2017
- 2 Min. de lectura

En el transcurso de nuestras vidas nos vamos encontrando obstáculos, dificultades, problemas, situaciones incómodas, y algunas verdaderamente terribles. Son eventos que suceden y que a primera mano son difíciles de entender; nos lamentamos, desesperamos, nos llenamos de miedo, tristeza, deseamos salir de ellos lo más pronto posible, pensamos que es una cruel jugarreta de la vida, que no tenemos suerte, que algo o alguien está contra nosotros. Nos sentimos confusos y no vemos el momento para que pasen de una vez.
Todas estas situaciones nos mueven emociones intensamente y podrían derrumbarnos por completo. Estas caídas pueden ser leves raspones, o quizá algunos más serios e intensos. También podríamos llegar a caer más fuerte haciéndonos un daño mayor. Y a su vez hay otras que nos pueden hacer heridas y lesiones muy grandes, dejándonos en el suelo tirados sin aire, sin fuerzas, sin ilusiones. Podríamos vernos tirados sangrando profusamente y con un hilo de vida solamente.
Pero es muy importante que sepas que tienes un gran poder dentro de ti que es perfectamente capaz de ayudarte a levantar del suelo por muy herido(a) y grave que estés. Ese poder te dará la mano para que te levantes y te recuperes poco a poco; y sigas adelante en tu camino.
Ese poder está en ti y sólo es necesario que lo dejes salir a la superficie de tus obstáculos y barreras.
Ese poder te dirá al oído, “¡levántate! ¡levántate y sigue!”. Tu cuerpo no puede más y está herido, quizá de gravedad. Pero aún sigues con vida y estás aquí. Escucha esa voz interna y por muy difícil que parezca, ¡dile a tu cuerpo que se levante! Quizá se resista y se dé por vencido. Está cansado y herido. Está abatido y sin fuerzas. Sin embargo, tienes reserva de energía para levantarte de los dolores y tristezas más profundas. Todavía tienes energía para levantar a ese cuerpo y ponerlo en pie.
Posiblemente necesites un tiempo para limpiar las heridas y sanarlas. Pero date cuenta que ¡ya no estás en el suelo! Te has levantado aunque sigas herido(a).
Una vez que estés recuperado(a), seguirás el camino de tu vida, con la grandísima diferencia que ahora eres más fuerte que antes. Eres consciente que te has levantado del suelo estando gravemente herido(a). ¿Lo ves? Eres tremendamente fuerte y poderoso(a).
Te has puesto en pie y estás listo(a) para seguir adelante. Tienes la frente en alto y estás siendo consciente de tu gran poder.
Lo más importante es levantarse de las caídas, y no quedarse nunca en el suelo.
Después encontrarás un momento y espacio para preguntarte a ti mismo lo que ha significado esa caída para ti. ¿Qué aprendizaje te deja el haberte ido al suelo? ¿Para qué, mas no por qué, ha llegado ese terrible momento en tu vida?
Nunca olives que ese poder está en ti, aunque te llegara a faltar el aire para respirar.
Gracias por estar ahí.
“Q-La Vida”
Luis Montoya Birrueta
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